Turismo Carretera, esa categoría con tan Rica y variada historia, la más longeva de nuestro país y record Guinness. A veces se nos olvida eso, pero cada vez es más difícil recordarlo.
Quizás muchas de las situaciones que deja esta rápidamente olvidable edición del Desafio de Las Estrellas, merece un sesudo análisis para comenzar.
Primero, si prima la seguridad ante todo, el apartado reglamentario del Viernes debió salir en el reglamento particular. Aunque solo hubieran sido 33 inscriptos, el ancho de los boxes no da para que todos paren al mismo tiempo, sin contar los antecedentes de paradas caóticas en boxes, caso 1000km de 2018.
Segundo, si bien se conocía desde principio de año, que la última carrera de la fase regular se defina por el azar la grilla es cuanto menos temerario. Hablamos de una carrera que tiene de por sí un agregado fundamental, encima con el hecho de que los pilotos menos agraciados en la temporada largan delante.
Tercero, si el atractivo de la carrera es lógicamente las detenciones, estas por lo menos deberían ser más claras. Así como para los 1000km se tomaron recaudos, para esta competencia debió ser más claro, para público, televidentes y sobre todo pilotos y equipos, las reglas del juego.
Cuarto, salvo que el consumo de combustible sea extraordinario, o que la matemática teceista se fue a Marzo, no daba ni por cerca el consumo suficiente para recargar, al menos en forma suficiente, los 40 litros de combustible. Si bien eran dos las detenciones, y se descontaron 3 giros por largada demorada, si los pronósticos eran exactos, al consumo promedio de 3 litros por vuelta, ningún repostaje total podría efectuarse antes de la vuelta 13, o contando el descuento en la vuelta 16. Entendiendo que todos los autos largaban a tanque lleno, 100 litros, y estaban precintados, o hubo avivada o sencillamente algunos largaron con menos nafta. Grave
Son demasiadas dudas y suspicacias para un evento que además de ser especial, definía a los 12 que pelearán de acá a fin de año la Copa de Oro, eso sin contar la gran cantidad de maniobras que vuelven al clasificador absolutamente en suspenso.
Es demasiado, pero para nuestro vapuleado TC nunca es suficiente.
