Por un lado, la ratifacion de la capital misionera como plaza teceista. La necesidad de cerrar las puertas del predio y la multitud que presenció la 8va del año (preferimos no arriesgar cifras para evitar la exageración) marco un punto a favor para una plaza que se ha logrado imponer en la mesopotamia, incluso aún frente a las convocantes plazas entrerrianas.
En las luces amarillas queda destacar la final y la cantidad de participantes. Se sabe que llegar al TC y más en los términos actuales que plantea la ACTC puede volverse una quimera. Ni hablar si tenes pergaminos o galones de sobra para subir a la máxima. Aún así, que 51 autos larguen la final en un trazado de 4370 metros de cuerda, y en un circuito sinuoso e intrincado, es fija que generará problemas.
En solo 11 vueltas hubo tres AS y se elimino un 20% del parque que inició la competencia. A esto hay que sumar varias roturas de motor y el consiguiente aceite y fluidos que con la necesidad del cemento dejo varios sectores claves de la pista con falta de adherencia. De hecho sectores como la curva del pico de pato, que ingresa a la recta de llegada, tuvo un strike que involucro a siete vehículos.
Mariano Werner por supuesto poco y nada le preocupa esto. En términos deportivos, consiguió un triunfo valioso, que sube la cuenta a 16 puntos de arrastre para la Copa y si se suman los 15 de la regular, si gana, arranca con casi una final de ventaja. Ya sabemos que esto no garantiza nada en el playoff, pero bien administrados, puede ser una ventaja clave.
Fuera de pista, el tema del fin de semana fue la renovación del parque automotor. El entusiasmo despertado, sumado a los anuncios de regresos como el RV Racing, preanuncian un 2024 que podría traer grandes novedades al TC y que anuncia ya su apertura, seguramente en Febrero en El Calafate.
Volviendo a lo deportivo, claramente han quedado ganadores y perdedores. En este apartado inicial podemos poner al campeón José Manuel Urcera. El campeón recupero la sonrisa el Sábado y si bien la final del Domingo mostró cierta dificultad para imponerse sobre Rossi o Mazzacane, fue constante y recupero terreno. Ni tiene aún su camino asegurado a la tierra prometida, pero San Juan puede ratificarlo. Otro caso es Matias Rossi, el piloto de Toyota, cuyo futuro se habla y mucho por estas horas, sumó el segundo podio consecutivo. El cambio de motores mostró otro ánimo en el misil que todavía tiene dos finales para buscar entrar en la postemporada.
Más general fue lo del rendimiento de los Chevrolet. El cambio reglamentario tras Rafaela volvió a poner a la marca en el mapa. Mazzacane fue el mejor representante de la marca, mientras los hombres del JP, Mangoni y Ciantini, disputaron una carrera de resistencia ante la dinámica poco fluida producto de los múltiples incidentes.
La contracara fue el líder saliente de la regular Jonathan Castellano. El lobense tuvo un domingo para el olvido. Rotura de motor el sábado que lo condicionó para la Serie. Luego una final con retrasos y la rotura del piso que termino con un improvisado boxes donde el equipo coloco la trompa en plena salida de boxes. Debió caberle la bandera negra (ayuda externa) por ello, pero la CAF dejó la historia en suspenso hasta mañana.
Ahora viene el Desafío de las Estrellas, con una temporada muy pareja y el azar del sorteo, la cita en El Villicum puede ser más que decisiva. Esta y Buenos Aires son las dos estaciones previas antes de la Copa de Oro, un tren que sólo ofrece doce pasajes y cinco paradas para la gloria.
Hernan Feijoo
Director Gral
Fusion TC
