Hay dos maneras de ver lo que dejó la primera escala de la Copa de Oro en San Luis. La primera y más acabada lectura cae por su propio peso pero siento que la segunda merece especial atención.
La inicial es simple, Mariano Werner parece tener allanado el camino a su tercer título. El final de hoy no objeta la solidez mostrada en todo el fin de semana. La pole de Santero en todo caso se analiza en el contexto de la otra lectura, pero fuera de ella, y como viene siendo en los últimos años, la figura del paranaense marca una raya en el momento exacto en el que cada punto cuenta. No tuvo oposición y sólo un error de cálculo al cambiar de bomba de combustible cambió el destino del fin de semana.
Es ahí donde se muestra la otra cara de la moneda. Sin rivales sólidos de las otras marcas, Julian Santero puede llegar a convertirse en la inesperada némesis del bicampeón y actual subcampeón vigente. Después de un cambio de equipo no exento de controversia, el ahora referente del LCA pudo sumar un éxito que el tiempo dirá si es suficiente para cambiar la tendencia. Así y todo, los relanzamientos que fueron el único oasis en el mar calmo de la cita puntana, dejaron evidencia del potencial del mendocino.
Santero y Werner se conocen bien y su historia parece ya de larga data. Primero rivalizando en la mejor hora del ahora rebautizado TC 2000 y en el TN Clase 3, afianzaron y reestructuraron sus presentes en el TC dejando el Desafío reservado a los exponentes de la marca Ford.
El zorro parece correr con ventaja, teniendo una lectura de atacar cuando es clave. Por su parte, el ex monarca de la Clase mayor del Turismo Nacional ha crecido en silencio, dejando en cada paso una pisada firme. Lo visto este fin de semana es una muestra más de ese progreso que puede explotar de un momento a otro.
Si eso no sucede, todo indica que el camino al tri quedará descubierto para Werner. Su consolidación en el último lustro dentro del TC ha sido clave para entender su presente. La consolidación de un grupo de trabajo y la herramienta adecuada, dejan poco margen para el error.
Por eso cada posibilidad que se aproveche será clave. Lo cierto es que Santero tendrá que hacer algo más de lo visto hoy. Ese plus, tan necesario en momentos definitorios, dirá si cuenta o no con la chance para frenar el expreso entrerriano cuya estación final parece ser la victoria.
Ha sido tal la superioridad mostrada que de los demás no quedó tanto para decir. Urcera hizo todo lo que tenía a su alcance, pero la defensa del uno será cuesta arriba si no aparece el potencial del Torino. Castellano hace gala de la regularidad, pero se desarma en la hora clave y Rossi volvió a perder la brújula con un ahora flamante Camry que no tuvo un buen nacimiento, eso sin contar la ausencia de protagonismo de Mangoni y Mazzacane, los chivos en la Copa.
San Nicolás será el segundo round de está historia, que por ahora parece ser un juego de tronos de dos aspirantes. El año pasado la capital de la siderurgia y el Turismo religioso nos dio una sorpresa, ¿llegará otra?
