martes, 26 de marzo de 2024

#Opinion #ConflictoACAvsACTC Ganó la tortuga.

El comunicado emitido por el ACA respecto de la revocación del poder delegado a la ACTC, pone en los hechos fin a un acuerdo tácito de 24 años entre ambas entidades. En lo material, dicha ruptura tiene un claro contenido simbólico. Si bien a los ojos de la CDA, dichos certámenes perderían la calificación de "campeonato argentino" nada implica que esto pueda tener un impacto genuino al menos en el corto plazo.

Para muchos, esto marca un nuevo mojón en la pelea iniciada en Diciembre. Pese a ello, la sensación que deja esta capitulación es lapidaria y contundente, la CDA está desahuciada.

Con independencia de los proyectos que se anuncien a futuro, el panorama muestra dos planos más que claros. Por un lado, la entidad regidora del TC sigue adelante con su plan de trabajo y expansión, con un claro objetivo de federalizar su poder deportivo, por medio de categorías y federaciones que dejen de responder al edificio de Libertador 1850. En el caso del ACA, próxima a renovar autoridades, prenuncia para el Ecuador del 2024 una serie de proyectos con los que intenta recuperar la centralidad y la iniciativa.

¿Ya no será demasiado tarde?¿hay un punto sin retorno del comunicado de ayer? ¿Porque debería pensarse que la ACTC esté preocupada, si no habría represalias? ¿las federaciones del interior seguirán alineadas al poder testimonial del ACA?

Una cosa es lo que se diga y otra lo que sucede. Eugenio Beard se ha mostrado firme en su resolución, pero a pesar de varias declaraciones bien intencionadas su primer año en la CDA ha estado lejos de lo ideal. Perdió al Turismo Nacional y al Turismo Pista, dejó en virtual default a la Fórmula Nacional, perdió dos de las federaciones más importantes de BsAs con una media centena de categorías, no se avanzó en planes de contingencia y el diálogo con Bogota 166 está roto. 

Si bien se vio más presencia y diálogo, al menos en las redes sociales, los que han emigrado insisten que la nueva comisión no mostró voluntad suficiente de resolver problemas de larga data. Falta de comunicación, confusión y enojo por el proceder técnico y deportivo, falta de control de autódromos y costos operativos de las licencias deportiva y médica son solo algunas cuentas señaladas en este Rosario tuerca que nadie quiere rezar.

En la cercanía de la semana santa, época de reflexión de la fe cristiana, por los hechos que involucran la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Cristo, es menester evaluar si hasta ahora todo lo vivido no merece una mera autocritica. Si bien  se hizo un cambio y claramente hay ganas de mejorar, no parece haberse dejado de lado ciertos vicios que llevaron a pagar las consecuencias actuales.

La CDA solo ha enumerado comunicados y buenas intensiones que no han cambiado materialmente nada. Ya no es un secreto que otras FRAD provinciales analizan seguir los pasos que la Metro y Mar y Sierras ejecutaron. Menos federaciones es menos fiscalización, menos licencias y por tanto menos trabajo. No es extraño que tomen fuerza los rumores de un paso al costado del ACA respecto al deporte motor.

La ACTC tiene frente a sus pies un futuro auspicioso. Ha lanzado diplomaturas para mecánicos y oficiales deportivos, recibe en su seno a toda categoría y Federación que se quiera sumar, cuenta con una productora de contenidos propia y de calidad, más difusión en pantalla y un excelente departamento de prensa. Son varios cuerpos de ventaja que saca a la cuna del motorsport nacional.

Cuando éramos chicos se nos solía contar la fábula de la libre y la tortuga. Dicha historia, retratada hasta el hartazgo en relatos y hasta dibujos animados, nos enseña que pese a la velocidad y las mañas de la libre, es la tortuga quien cruza la meta y gana la carrera. La moraleja, al menos en mi entender, que la constancia y la perseverancia, sumada a la honestidad, pueden más que la ambición y la búsqueda de ventaja.

Mientras la CDA se recostaba en su zona de confort, la ACTC fue construyendo un poder que ahora da sus frutos. No es que no se vio venir, en todo caso la CDA creyó en ser libre y le ganó la tortuga. 

Dejo pasar la decadencia de su diamante en bruto que era el TC2000, fue cómplice de la destrucción de la Fórmula Renault, del Argentino de Karting y dejó libre a su suerte a las federaciones de las que ahora intenta retener a toda costa. El daño está hecho.

Soberbia y falta de realidad definieron como el ACA paso de ser el brazo ejecutor fuerte del deporte motor a una presencia lastimera. Es el pobre muchacho que ruega ligar en el boliche a las tres de la mañana y espera que al menos una chica lo fiche por lastima.

Después de todo la tortuga tenía claro que debía llegar a la meta, la libre nunca la vio...

Hernan Feijoo
Dirección General 
Fusión TC.


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