lunes, 15 de marzo de 2021

#Analisis El vaso medio vació del #STC2000BA

 


Es difícil pensar hasta dónde puede extenderse el nivel de problemas que atraviesa el Super TC 2000. De antemano, el ya conocido parque reducido, las especulaciones e incógnitas respecto al tan anunciado push to pass y la incertidumbre tras una pretemporada exprés de tres semanas. Demasiadas cuestiones extradeportivas para opacar un espectáculo en pista que finalmente no se vio. Como un signo del panorama que vive la categoría, el circuito 8 del Galvez no permite lucir al lánguido parque y las críticas atronadoras no se hicieron esperar.

Ahora bien, ¿no era esto lo esperable?, ¿Por qué se eligió un circuito donde el PTP no iba a lucirse?, ¿falta una cabeza dirigencial que guíe un rumbo o el grupo de trabajo de Autosports (que regentea la divisional) no encuentra la vuelta?

Si empezamos por lo más comentado del fin de semana, hay detalles. Si bien el sistema se utiliza en varias categorías en todo el mundo y seguramente precisa ajustes, la primera experiencia demostró la falta de práctica necesaria. Sin dudas una prueba comunitaria unos días antes habría permitido evitar situaciones incómodas y quejas ante la improvisación en la marcha. Si bien se agregaron tandas y se buscó solucionar, no es agradable que un elemento, que a esa altura del fin de semana todavía no se conocía su incidencia real, tenga que ser probado en pleno evento deportivo.

Lo visto posteriormente era previsible. El PTP no cumplió, salvo excepciones, su función primordial, principalmente apuntado a cierta discrepancia en cuanto al tiempo previo al disparo de potencia o incluso el plazo entre la utilización de cada uno de ellos. Incluso logro todo lo contrario, favoreciendo situaciones de defensa de la posición, lo que no es ilegal, pero desvirtúa su espíritu.  El circuito 8, no es precisamente un escenario para malas competencias, y ya el super lo demostró en septiembre del año pasado. 

En cuanto a lo deportivo, claramente Renault, Toyota y Chevrolet, que podría decirse a su vez la columna vertebral de la categoría, han marcado la diferencia sobre el resto. Si bien Honda se reforzó y apostó a un buen equipo, aún tiene mucho por trabajar. Así y todo, faltó esa paridad del torneo pasado, al menos, en la pista.

En lo individual, Leonel Pernia ratificó con su victoria, su condición de espada principal del rombo. Si hablamos de Damian Fineschi, este puede ser un elemento clave en la pelea del cetro, si no comienza a crecer y convertirse en un nuevo contrincante interno al nivel de Ardusso. Lo visto el fin de semana, incluso quedando por encima de un histórico como Milla y el novel Cingolani, lo ponen en carrera. De Toyota, Rossi y Santero no sorprenden, porque era esperable su nivel, ademas del plus de la experiencia que aportan Barrichello y Vivian. La contracara es sin dudas Chevrolet y Agustin Canapino.

El caso del titán merece análisis por su particular fin de semana. No cabe dudas que en lo emocional no resiste análisis, la pérdida de Alberto sigue siendo un motivo que afecta al tetracampeón de TC, sin dejar de considerar los problemas que surgieron en su estructura con la salida de Lucas Alonso como motorista. Si bien esto no debería gravitar en el Super, donde conserva la base y además sigue Guillermo Cruzetti, es difícil pensar en una persona que ahora asume más responsabilidades, su presente deportivo. Es cierto que preocuparse solo por correr aqui le da cierto respiro, pero todo lo demás también puede influir en el animo de un piloto. Al menos dio esa impresión. 

El primer asalto porteño del torneo nos dejó un sabor amargo. Sin dudas que es difícil a estas alturas encontrar un punto donde agarrarse para destacar lo bueno. Si pudiéramos tener un ápice de esperanza, es que la próxima semana se correrá en el circuito 9, que se prometen más autos y que con la experiencia recogida, el PTP podrá funcionar mejor. Siempre vemos las cosas desde el vaso medio lleno, esperamos que así sea.

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